Rosquillas caseras y desaceleración

El lunes anterior al último, mi disco duro murió. Pantalla azul de muerte. ARG. Después de intentar varios “arreglos” para ver si podía hacer que funcionara, finalmente acepté la derrota y pedí un iMac nuevo y reluciente (restaurado). En el lado positivo de las cosas, esta es mi primera computadora nueva, en lugar de mi pasatiempo de Cameron. Y la pantalla retina es impresionante.

Tener que vivir sin una computadora durante casi toda una semana laboral me obligó a reducir la velocidad de una manera que ni siquiera lo hizo tener un bebé.

Siempre he tenido la idea de que el tiempo era mi enemigo, y se sabe que me quejo de que hay solo 24 horas en un día. A pesar de mis esfuerzos por minimizar nuestros activos durante los últimos cincuenta años, no he podido minimizar mi estilo de vida. Todavía estoy bien arraigado en la mentalidad de ‘agitación’ de mis 20 y me atrevo a decir que tuvo un precio.

Pero cuando su computadora falla y lo deja sin una forma de hacer un trabajo “real” durante una semana, aprende algunas cosas sobre el tiempo. Para mí, fue (1) darme cuenta de que algunas cosas no son un gran problema en el gran esquema de las cosas; (2) el trabajo siempre estará allí cuando regrese; (3) el cuidado personal es una cosa; y (4) las donas caseras apestan.

Entonces, después de enloquecer durante unas horas acerca de cómo me aseguraría de que se mantuvieran las publicaciones del blog, se registraran las recetas y se mantuvieran las redes sociales, se me ocurrió un “vete a la mierda”. Lo dejo ir. Me tomé una semana libre para hacer lo que se me antojara. No cancelé mis niñeras durante la semana porque no podía trabajar. Me tomé un tiempo para reducir la velocidad… Yo mismo.

Limpié por completo mi espacio de trabajo para crear un ambiente más tranquilo.

He estado trabajando en muchos proyectos de tejido descuidados.

hice un bingewatch la cantidad de televisión

Me duché todos los días (casi).

Yo dormí.

He escuchado podcasts.

E hice donas caseras.

Llevaba años queriendo hacer donas caseras, pero “nunca había tiempo”. No es el tipo de cosas que tenía la intención de presentar en este blog, así que nunca tuve tiempo para hacerlo. El proceso es aburrido. No cumplen con el Desafío de Comida Minimalista. My Big Kid no necesita más azúcar. yo Seguro que no necesitan calorías. ¿Pero sabes que? Dije que se jodan e hice las malditas donas caseras. Por qué porque no. Usé la receta de mi amada copia de How to Bake Everything de Mark Bittman y resultaron perfectos. Vale la pena cada minuto, cada bocado, cada caloría.

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