Aunque suelo asar las remolachas enteras, esta vez decidí probar un método diferente: pelar y cortar primero las remolachas y luego asarlas. ¡Adquirieron una textura y un sabor completamente diferentes de esa manera! Toda la superficie de los trozos de remolacha estaba dorada y caramelizada, haciéndolos aún más sabrosos. Sin embargo, pelar las remolachas con un pelador de papas fue un poco aburrido, así que no estoy seguro de hacerlo todo el tiempo. Pero el resultado final definitivamente vale la pena los minutos adicionales de preparación.
Sobre cómo surgió la salsa: tenía un poco de chèvre extra en el refrigerador, siempre tengo yogur griego a mano y tengo una planta de cebollino creciendo en la ventana de mi cocina. Haz los cálculos 🙂 —foxeslovelemons
Ingredientes
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4
remolachas grandes, peladas y cortadas en octavos
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2 cucharaditas
aceite de oliva
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1/4
cucharadita de sal kosher, cantidad dividida
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1/4
cucharadita de pimienta negra recién molida, cantidad dividida
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2 onzas
queso chevre
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1/4
2% taza de yogur griego
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1 cucharada
cebollín fresco picado
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4 cucharaditas
jugo de limon fresco
indicaciones
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Precaliente el horno a 425 grados. Forra la bandeja con papel de aluminio. Coloque las remolachas en la sartén, rocíe con aceite y espolvoree con 1/8 de cucharadita de sal y pimienta. Ase las remolachas durante 30 a 35 minutos o hasta que estén tiernas, revolviendo ocasionalmente.
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Mientras tanto, en un tazón mediano, caliente el chèvre en el microondas durante 20 segundos o hasta que esté suave. Agregue el yogur, las cebolletas, el jugo de limón y el 1/8 de cucharadita restante de sal y pimienta. Para servir, divida las remolachas entre 4 platos de ensalada y agregue el aderezo.