Me encanta este tipo de postre, el que podría servirse fácilmente a mi cuñada vegana y a mi nieto sin gluten sin ningún compromiso y sin restricciones dietéticas. Hecho con un procesador de alimentos y una licuadora de alta velocidad, es fácil de hacer, incluso sin horno (¡está crudo!).
La génesis de la receta comenzó en un tren de Praga a České Budějovice: mi esposo y yo (ambos omnívoros) comimos un increíble pastel de queso moka vegano crudo de MyRaw Cafe en Praga. Inmediatamente juré que lo recrearía lo mejor que pudiera una vez que llegáramos a los Estados Unidos.
El crédito se debe a Ani Phyo y su increíble técnica de corteza de 3 ingredientes que aprendí en su libro Ani’s Raw Food Desserts, publicado por Da Capo Lifelong Books en 2009. Mi corteza aquí tiene algunos ingredientes más, pero su proporción mágica de harina de almendras para las fechas mantienen todo unido. —Diana Pappas
Ingredientes
- Para masa:
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1 taza de harina de almendras
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1/2 taza de dátiles medjool suaves y sin hueso
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1/2 cucharadita de sal marina
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1/3 taza de nibs de cacao
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2 cucharaditas de cacao en polvo
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1 cucharadita de aceite de coco
- Para el llenado:
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1 aguacate maduro
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1/2 plátano congelado
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1/2 taza de anacardos crudos
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1 pizca de canela
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2 cucharadas de cacao en polvo
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1/2 cucharadita de polvo de arrurruz (opcional)
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1/2 taza de café fuerte (a temperatura ambiente)
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1/2 taza de jarabe de arce real
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1/2 cucharadita de extracto de vainilla
indicaciones
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En un procesador de alimentos con cuchilla en S, agregue todos los ingredientes para la base, excepto el aceite de coco. Trabaja hasta que los ingredientes parezcan arena gruesa.
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Agregue el aceite de coco y trabaje hasta que los ingredientes se mezclen.
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Vierta el contenido del procesador de alimentos en un plato para pasteles. Usando las yemas de los dedos, presione la mezcla y trabaje los lados para formar la corteza, de aproximadamente 1/4 de pulgada de espesor. Lo dejó a un lado.
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En una licuadora de alta velocidad, mezcle todos los ingredientes del relleno hasta que quede suave y uniforme. Extender el relleno sobre la masa y nivelar la superficie.
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Resiste la tentación de comer el “cheesecake” de inmediato: ¡debería solidificarse! Dejar reposar toda la noche en la nevera antes de servir.