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Adaptada de una gran receta en el reverso de una bolsa de harina King Arthur, esta sencilla receta tiene el sabor de piñones tostados y queso parmesano. Un puñado de romero picado agrega algo de color y textura. Puede cambiar fácilmente el queso por queso de oveja o incluso queso cheddar. —Posie (Harwood) Brien
Ingredientes
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1 taza
piñones
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2 1/2 tazas
harina de uso general
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3/4 de cucharadita
sal
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2 cucharaditas
Levadura en polvo
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1/2 cucharadita
Bicarbonato de sodio
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1/2 taza
(1 barra) de mantequilla fría sin sal, cortada en trozos pequeños
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1 taza
parmesano recién rallado y más para espolvorear
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1 1/2 cucharada
romero seco
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1 taza
suero de leche frío y más para cepillar
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1
huevo
direcciones
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Precaliente el horno a 400 ° F. Cubra la bandeja para hornear con papel pergamino.
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En una sartén pequeña, tueste los piñones a fuego medio-bajo en la estufa. Míralos con atención. Quieres que sean dorados y fragantes. Retirar del fuego y dejar enfriar.
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En un tazón grande, mezcle la harina, la sal, el polvo de hornear y el bicarbonato de sodio.
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Cortar la mantequilla con un tenedor, un cortador de masa o con los dedos. Asegúrate de romper la mantequilla en trozos del tamaño de un guisante y ten cuidado de no sobrecalentarla con los dedos.
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Añadir el queso rallado, los piñones tostados y el romero. Mezclar bien.
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En un tazón pequeño, mezcle el suero de leche y el huevo. Poco a poco vierta la mezcla líquida en los ingredientes secos, revolviendo con un tenedor hasta que la masa comience a unirse. No debes mezclar demasiado, solo lo suficiente para que empiece a pegarse. Está bien si hay muchos lugares secos.
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Volcamos la masa sobre una superficie ligeramente enharinada. Con las manos enharinadas, doblar la masa sobre sí misma varias veces hasta formar una masa cohesiva. Trate de no presionar demasiado: quiere doblar y doblar para que la masa se pegue, pero no quiere calentarla demasiado.
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Empuje la masa en un círculo grande (alrededor de 2 pulgadas de alto). Usando un cortador de galletas o un vaso puntiagudo, corte las galletas y colóquelas en la bandeja para hornear.
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Dobla las piezas juntas, tal como lo hiciste con la masa antes, y vuélvelas a batir. Sigue cortando las galletas hasta que te quedes sin masa.
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Si lo desea, cepille la parte superior de las galletas con un poco de suero de leche (ayuda a que se doren mejor) y espolvoree con un poco más de queso rallado (completamente opcional).
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Hornee los pasteles durante unos 20 minutos o hasta que se hinchen y se doren por los bordes. Retire del horno y deje enfriar.
Me encanta el pan casero tibio cubierto con mantequilla fresca de leche cruda, helado en todas las estaciones, olor a ajo en aceite de oliva y guisantes frescos de la vid.