cecina de bulgogi

Érase una vez, hacer las maletas para un paseo tranquilo de algún tipo era impensable. El refrigerio dulce y salado era tan frecuente en estas aventuras que tenía un don casi pavloviano para las cosas cuando salimos a la carretera. De hecho, fue prácticamente la única vez que nos entregamos a un gran paquete de bombas de sodio.

Pero en los últimos años me cansé de la forma en que me sentía en esos viajes donde rara vez obtienes una comida saludable y cualquier intento de algo crudo y puro resulta en ensaladas insípidas llenas de picatostes fritos, queso y tomates que me hacen correrme. Quiero llorar. Desde entonces, hemos trabajado arduamente para preparar nuestras comidas y planificar mejor nuestros destinos en lugares con arreglos prometedores.

Dicho esto, todavía me encanta una buena cecina y siempre he querido hacerla mía. Un fanático de lo salado Y lo dulce, también conocido como un refrigerio “completo”, decidí intentar hacer una versión búlgara. Yo lo espolvoreé con sésamo molido, sal y un poco de kochukaru para calentarlo, pero es opcional. Y ahora no puedo esperar para ir a algún lado… – pruébalo

QUIÉN: La misma cocinera que nos hizo probar la salsa edamame lo hizo de nuevo y esta vez llevó su talento a la carretera. QUÉ: Una cecina dulce, salada y especiada que es mejor que cualquier cosa que puedas encontrar en un restaurante al borde de la carretera. CÓMO: Marinar la carne en rodajas en la nevera durante la noche, espolvorear con sal molida, pimienta y semillas de sésamo y cocinar durante 4 horas. POR QUÉ NOS ENCANTA: ¿Qué refrigerio podría satisfacer mejor a un montón de viajeros hambrientos que un lote de cecina masticable y picante? Con un poco de ayuda del plato coreano Bulgogi y algunos ingredientes silvestres (néctar de pera, sake), esta cecina es la mezcla perfecta de azúcar, sal y especias. Además, ¡sin migas! – Editores

Ingredientes
  • 2 libras de carne de res, redonda arriba o abajo

  • 1 taza de salsa de soya

  • 1 taza de néctar de pera

  • 1/2 taza de sake

  • 1/4 taza de aceite de sésamo tostado

  • 3/4 taza de miel

  • 1 jalapeño, picado (sin semillas, si lo desea)

  • 1/2 cebolla amarilla, picada

  • 2 dientes de ajo

  • 4 cucharadas de jengibre rallado

  • 1/2 cucharadita de sal

  • 2 cucharadas de semillas de sésamo

  • pimienta negra

  • Kochukaru (opcional)

indicaciones
  1. Coloque la carne en el congelador para que se endurezca lo suficiente como para que pueda cortarse en rodajas muy finas (alrededor de 1/4″). Mezcle los ingredientes restantes excepto la sal, las semillas de sésamo, la pimienta negra y el kochukaru hasta que quede suave. Agregue la carne al adobo mientras revuelve suavemente para asegurarse de que todo esté cubierto y déjelo marinar durante unas 7 horas.

  2. Caliente el horno a 200º F. Escurra la carne, séquela con toallas de papel y colóquela sobre una rejilla en una bandeja para hornear. Triture la sal y las semillas de sésamo en un mortero (puede usar un molinillo de especias, solo asegúrese de no convertir la mezcla en una pasta). Espolvorea la carne, luego muele la pimienta negra fresca y agrega el chile si lo deseas.

  3. Hornee durante unas cuatro horas, girando los moldes por la mitad, hasta que estén crujientes y secos. Almacene en un recipiente sellado en el refrigerador.

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